jueves, 30 de abril de 2020

Nunca imaginaste

*Como nunca imaginaste*

Aunque el Señor no nos quite una aflicción física o del alma debemos permanecer firmes en la fe. Una fe que no es circunstancial, una que no depende de lo que nuestros ojos ven. El hecho de que el poder de Dios se muestra en nuestras debilidades  debería ser motivo de aliento cuando nos sentimos que Jesús no nos escucha. 

Si hay verdadera fe en nuestros corazones, si conocemos de manera personal a CRISTO, hemos de entender que Él es experto transformando debilidades en indestructibles fortalezas. Admitiendo nuestra frágil existencia evitará que nos sintamos demasiado orgullosos de nosotros mismos olvidando quien es el verdadero autor de nuestras victorias. Con total sumisión y entrega volvernos a Dios es la senda correcta a seguir. Debemos confiarle nuestras frustraciones, contiendas y desafectos. Nuestros vicios que parecen murallas impenetrables y aún nuestros más ocultos temores. Esos que nadie logra ver a simple vista, pero que usted y yo sabemos están ahí trayendo a nuestros corazones penas y angustias. 

Nuestros esfuerzos y talentos en un segundo plano y CRISTO como capitán en cada paso y decisión que tomo. Cuando estamos conscientes de esta realidad y permitimos que Dios nos llene con su poder, llegamos a ser tan fuertes y firmes como nunca imaginamos. 

2 Co 12:10 - Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

-SAC