lunes, 15 de agosto de 2016

Dios está contigo

*Yo tengo Fe*

Mateo 8:26 – Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

Hablaba con el Cano, un joven vagabundo del pueblo de Salinas. Me comentaba que en el día de ayer fue muy poco lo que la gente le dio para comer. Me dijo que dormía entre cartones en la parte trasera de un supermercado.

Por la naturaleza de mi trabajo a diario trato con personas que sufren o han sufrido alguna desgracia. La muerte de un familiar querido, un divorcio, la pérdida de un empleo o algún problema emocional. Inestabilidad en el orden psicosocial es una de las características más comunes. Un drama, una secuela de eventos trágicos es la vida para algunos. He tenido que escuchar detenidamente y con paciencia para poder comprender que lo que están narrando, es de vital importancia para ellos. Algunos tal vez exageren y hasta alguna manipulación se deje entrever. Pero, en el fondo todo está íntimamente ligado al alma y al espíritu. Decididamente ligado a como coexistimos con Dios, con otros y hasta con nosotros mismos. Si nuestras sociedades se concentraran más en como cultivar buenos principios y valores en vez de alimentar tanto el ego, todo seguro sería distinto. Este empeño en ser siempre los primeros, en tener y más tener. Usted me entiende, en pensar en el dolor de otros sin importar que tengamos que dar algo nuestro.

En un mundo en donde la droga, el alcohol, los asesinatos, el abuso sexual y la corrupción son parte del diario vivir de algunos, no podemos esperar que las cosas mejoren instantáneamente. Algunos pensarán que lo malo nos lleva la delantera y que no hay esperanza para la humanidad. Sin embargo, a aquellos que aspiramos hacer de nuestra sociedad una más justa y libre no nos intimidan los malos vientos. Sabemos muy bien en quien hemos creído y ponemos nuestro esfuerzo, talentos y medios en las manos poderosas de Jesucristo. Vemos como la insolencia de algunos hombres carcome el ánimo de otros, pero el nuestro cada día se renueva por la gracia y la misericordia de Dios. El pecado y la muerte espiritual de un pueblo es la consecuencia inevitable de los que han optado por dar la espalda al AMOR y a la verdad.

Hermanos, JESUCRISTO y una Iglesia guiada por el poder del Espíritu Santo son la única esperanza para una humanidad que cada día se marchita más. Cristo nos dará el valor, la fe y el poder para reprender los vientos y al fin poder vivir junto a Él en grande bonanza.

¡Yo tengo Fe!

Serafín Alarcón Carrasquillo / www.tablitasdelsenor.faithweb.com

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