martes, 18 de septiembre de 2007

Cuando sucede lo inesperado...

Cuando sucede lo inesperado...
Por Serafín Alarcón

Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.
Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué Será de sus sueños.
Gn. 37:19-20


Hace unos días mi hermano recibió la llamada de su mejor amigo pidiéndole que le llevara al hospital pues tenia un dolor muy fuerte en el vientre. Una vez llegan al hospital el hombre es atendido inmediatamente ya que el dolor y sus gritos despertaron el interés de todos... En fin, que este amigo de mi hermano fue entubado y se le diagnosticó Pancreatitis. Los médicos le dijeron a mi hermano que su amigo solo tenia un 50% de probabilidad de sobrevivir.
Pasaron dos días y había fallecido. Lo inesperado acontecía; ¿Qué hacer?
¿Cuantos de nosotros hemos pasado por circunstancias similares? ¿A cuantos nos han dicho que tenemos una grave enfermedad? ¿Que estamos despedidos del empleo?
Un hijo sufre un accidente de auto, nos asaltan en el puesto de gasolina, el vecino se quita la vida, y nadie sabe porque...
Tantas y tantas historias de corte inesperado.

Pero, cuando la noticia inesperada es una traición... Cuando sufrimos el embate de aquellos que se supone nos amen, el dolor y la sorpresa se hacen más insostenibles. Un hermano que nos roba, una madre que nos calumnia, un mejor amigo coqueteándole a la novia o a la esposa. ¿Cómo resolver?
Esas heridas en algunos dejan profundas raíces de amargura. Raíces que al pasar el tiempo profundizan mas y más en la tierra que cobija el alma de la gente. Inhabilitados pues, ya no confiamos, no perdonamos y por ultimo terminamos consumidos por la cicuta que un día alguien propinó. Irónicamente el ser humano muchas veces supera y tolera mejor una desgracia, que una traición.

En el pasaje bíblico antes citado sucedió lo contrario. Unos hermanos con envidia intentan matar al preferido de papá. Lo echan en una cisterna y más tarde lo venden como esclavo. Luego en Egipto es acusado falsamente por la mujer de su jefe teniendo que pasar algunos años en la cárcel. Una y otra vez lo inesperado golpeando el rostro de su espíritu y sin embargo...

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aun mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante del.
Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.
Gn. 45:3-5


Dar la otra mejilla no es un ejercicio fácil y mucho menos cómodo, lo se... Sin embargo, he aprendido que la mejor medicina para el alma herida, es el perdón.

Y Jesús decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen...
Lc. 23:34


Tablitas del Señor
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