¿Dios contesta tu oración?
Por Serafín Alarcón
“Voy a obrar conforme a tus palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.”
1Reyes 3.12
Te imaginas si Dios te dijera: -Pide lo que quieras que yo te dé...
La lista de cosas seria innumerable. Pero, ¿Qué pedirías tu?
Cuando converso con la gente sobre este tema los enfoques son variados. Por ejemplo: Si hablas con un confinado casi siempre su preocupación y angustia girara en torno al tiempo que le queda por cumplir... De modo que no me sorprende cuando me dicen: -Ore al Señor para que pronto pueda salir de aquí... Si hablas con alguien que ha pasado la curva de los treinta y aun no se ha casado, es probable que ore por un esposo o esposa. Si es un estudiante de derecho, porque logre pasar la revalida etc... En fin, que
nuestras oraciones en muchas ocasiones no son otra cosa que un reflejo de nuestra experiencia psicosocial inmediata.
Y bueno, no digo que este bien o mal este ejercicio, solo sospecho que cuando nuestras oraciones no trascienden y no van mas allá de lo inmediato, hacen de la práctica de orar una angustiosa y beligerante.
Sin embargo, ¿habrá una forma ideal para comunicarse con el Creador? Si la hay, y se llama oración de fe.
Esta se distingue porque su aspiración es mas alta y no por su contenido y sí por su intención. Salomón, mostró a Dios interés por algo de carácter eterno y no temporal... Pidió sabiduría, sabiduría de lo alto. El joven rey soñaba y en el sueño Dios le hace una oferta insuperable: -Pide lo que quieras... Pedir poder y riquezas estaban fuera de su consideración, su petición retrata un corazón sencillo y humilde, pero anhelante de sabiduría. De una mente clara y un espíritu libre de liviandad y frivolidad alguna.
Estoy convencido que si nuestras oraciones se inclinaran cada día mas hacia lo que Dios sabe que es mejor para nuestras vidas, la calidad de estas mejoraría fundamentalmente. Si entendiéramos que Cristo a veces responde no necesariamente como esperamos tratando de mostrarnos un propósito mas alto y sublime.
En el jardín de Getsemani, Jesús pidió al padre le librase de lo que vendría... Que si era posible se usaran otros métodos y sin embargo... –Padre, que se haga tu voluntad y no la mía - Concluía. El silencio de aquella madrugada cesa cuando la turba llega para arrestarle.
Cuando oremos reflexionemos y meditemos profundamente sobre lo que es y debe ser prioridad en nuestras vidas. Seamos pacientes sabiendo que Cristo no se sujeta a ningún capricho del ego. Si, primero pidamos reconociendo que para Dios nada es imposible. Oremos como si habláramos con alguien que en efecto nos escucha. Desnudemos nuestra alma y anhelemos cosas altas y no temporales... Y por ultimo, sujetémonos a su sabia voluntad.
Te pregunto: -¿Dios contesta tu oración?
Serafín-Tablitas del Señor
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