domingo, 11 de noviembre de 2007

Es fiel

Es fiel
Es fiel,
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Añadid
Por Serafín Alarcón

En sus marcas, listo y fuera…

Una carrera larga, años de canas, de arrugas y gotas largas de sudor sangrado. Añadid y añadid, hasta casi desaparecer. Al final del camino hemos hablado mucho y hecho tan poco… De modo que aprovecho la ocasión para preguntarle al alma ¿qué he hecho con mi ser y con mi fe? ¿Ha servido de algo? Ahí, en ese instante es cuando las nubes de todo reto al entendimiento se disipan y me doy cuenta que la virtud, que el don de Dios además de tenerlo hay que manifestarlo. Que si se es hombre de Dios hay que vivir como hombre de Dios. Que si no hay fruto visible, no ha valido la pena caminar por las sendas de la vida. Que la noche no tiene luces coloridas si Cristo en su oscuridad no ha reflejado su rostro. Su cara dibujada en la sala de nuestro espíritu como lo hace la luna en los abismos del mar.

Toleradme un poco… Quiero escuchar la vida palpitar independiente de toda mirada adolorida. Sí. Correr, caminar, gatear, balbucear, brincar, redimiendo las cadenas oxidadas por el ego. Dios ha sido fiel, ha sido mas que bueno dándonos el don de vida y su favor de amor. Tantos caminos sin ir algún lugar seguro es como no ir... Y nos suministra su amor llevando el desayuno a nuestra cama. Afecto fraternal, conocimiento y propiedad de su mirada se desprenden. Numerosas buenas nuevas, francas por hacer hoy. Deseo que sigas conmigo, es la sugerencia que hace el Señor. Que vivamos dentro del abrazo de El bebiendo de su misma copa. Con Él sentirnos uno y por Él hacernos firmes en nuestra vocación y elección de ser Cristianos. Iluminados por la persona del Espíritu de Dios.
Un bocado de amor, un suspiro alegre, un vestido adornado de gracia, una canción del alma agradecida por tanta luz inefable. Seamos pues, partícipes de la naturaleza divina, conciudadanos del Reino eterno del Creador. Cantemos soltando toda antigua ancla, toda amarra desgastada.

En sus marcas, listo y fuera...

Afuera esta la vida, la gente, el terreno listo y fértil para irles a sembrar. La casas del país entonces no serán lo mismo, Él las pintara color azul celeste. Las bañara con su luz. Todos haremos nuestra parte, Dios nos hara seguir su aroma a flores... Madera seca y los frutos se verán... El milagro tan esperado se asomara por vez primera en el rostro de la gente.
Y es que la vida sin Cristo no es igual. No me avergüenza él tenerlo que admitir. Mi sentido común ha convertido, en roca que me cobija de todos los inviernos. Virtud es la calle de hoy, por mis pasos arañada... Conocimiento y dominio propio me han cercado en esta confesión. Y que lo sepan los hombres de este mundo. Que sepan que Dios es más grande que ellos y por supuesto, más grande que Yo. Que el fruto se vea, que nuestra agenda lleve presente hablar a otros de las grandezas de su amor.

2 Pedro 1:3-10
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

Serafin-Tablitas del Señor
http://www.youtube.com/ta1blitas

Barrio Jauca
Serafín Alarcón

Barrio Jauca de Santa Isabel, sol candente en la frente y un vapor de esos otoñales arropando el ser... ¿Y que decir? Un verano que se fue y un invierno que no llega aun. Alzo la voz y al aire lanzo un: ¡Buenas tardes! Sale un Don... Un Don Señor molesto confundiéndome con algún despreciable vendedor. Añado y digo: - Dios le bendiga... Pero no responde, no se sorprende por la buena nueva. Entonces me contesta: - ¿Que quiere?...
Tono amargo y alto, rostro incomodo, acento áspero. Total ausencia de elemental humanidad. Ausente de fraternidad, de la mínima cordialidad sus ojos llenos de sangre y de violencia me miran. Escena que se ha convertido mas que habitual. Mal interpretados, mal entendidos, rechazados, objetos de mofa y a veces perseguidos nos convertimos en el blanco seguro de aquellos... Hablar de Cristo es asunto vedado. Y sin cariños, áridos de hermandad nos anestesian el alma y lo poquito que nos queda de fulgor desea irse a volar. Y poco a poco convirtiéndose en seres nocturnos tratan de evadir toda señal de luz y de verdad marcando su espacio inmediato y sus fronteras. Humanidad que ha cortado todo lazo de amor y de amistad...

Cristo vivió la misma realidad, vivió mas aun la mas amarga experiencia de tener que sufrir el rechazo de aquellos que se hacían llamar el pueblo del Señor... Y nada, que el Sol da en la frente olvidándose de mí. Me pide que olvide de aquellos que tal vez si están dispuestos a escuchar. Dejarlos caer a cada uno por su propio peso hablando del amor y de la guerra. Caminar sin tener que recordar la necedad de los pocos, de solo los algunos. Con el tiempo se endúrese la piel y me vuelvo casi un cocodrilo... Continuo buscando desde el aire un alma que desee escuchar un: Te quiero... O el verso de un amigo.

Yo digo que el tiempo borra todas las huellas huecas en el alma.
Padecedlo, sufridlo todo y con buen animo, esa es la premisa a seguir. El blanco con el negro, el negro con el blanco en simetría perfecta. Estamos prestados, naciendo y muriendo, al final acabado todo según el cristal con que se mire. Barrio Jauca te busco como un ave desde el aire... Y cierro mis ojos y que bonito es el amor que en ti entonces veo... Y que bonita es esa flor silvestre en tus caminos... Una palabra de Cristo, una de aliento aunque la puerta me tires, aunque de adentro me grites que no me puedes atender.
De la oscuridad casi de un suicida salta un perro colérico y travieso dirigiendo a su cuadrilla. Me rodean, fuertes toros procurando un trozo de mi piel. Y en esa academia aprendo clases de defensa personal contra todas tus abejas acecinas.
Barrio Jauca el Señor también me dice que no me canse de creer, de cultivar, de caminar y esperar a ver lo que Él hará.
Sopla el viento y la cálida tarde va diciendo adiós al día, las nubes aparecen haciendo que el sol ya no moleste. Y esta rutina amable me dice que todo vale y que nada vale nada. Si... Y sin vergüenza recorro hoy tus aceras y dejo en el corazón de alguien la marca del amor que Cristo un día me dejo. Solo tengo un segundo para decir: Cristo es fiel, Cristo te ama, Dios te bendiga...

Barrio jauca el sol esta a punto de estrellarse en el horizonte, la faena esta a punto de llegar a su fin, a su umbral hacia la eternidad.
Padecedlo todo, todo padecedlo, el Espíritu de Dios me anima.
Un edén olvidado al costado del mar. Caminos, caminitos abiertos en la costa de mi isla tierna. Cuanto me cuesta quererte amado Jauca. Y en la distancia tu brisa de mar que se cuela por tus callejones, y tus casas. Y como las aves me despido de ti para volver a visitarte la próxima estación.
Como me cuesta marcharme, como me cuesta dejar el reloj correr de par en par. Y no me importan los rechazos que un día encontré en la gente alguna que teje tus entrañas. No me importa, no. Allí alguien, un rostro amable también me llevó contento a mi casa sabiendo que no todo esta perdido. La brisa del mar y el sol naranja pinta lo que queda de cielo abierto por su luz. Hoy Recuerdo tus ojos barrio amado, en mis oraciones siempre vivirás.

1 Pedro 3.8-9
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.

Serafín-Tablitas del Señor
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